Volví a coger el libro, leí un ratito, volví a levantar la mirada y las nubes habían desaparecido.
Entonces agradecí ese momento, ese instante de placer fugaz.
Paré un instante y reflexioné:
- ¿Cuántas cosas majestuosas y preciosas me pierdo por correr todo el día de un lado a otro, por ir siempre en piloto automático?.
- ¿Cómo ese parar a admirar la belleza de "algo" transformó mi pensamiento, mi sentir y mi actuar?.
Fijaos:
Puse el foco de atención en algo bello, en algo majestuoso, precioso... y mi pensamiento fue de admiración, mi sentimiento de gratitud, mi estado físico de relajación gracias a la respiración profunda, afloró mi satisfacción, mi alegría de vivir, mi felicidad...
¡UAU!
- ¿Y si a partir de ahora paro más a menudo para disfrutar del momento presente?, de lo que ocurre a mi alrededor, dejando que me impregne la belleza de mi jardín, la sonrisa de mi hija, el aroma del café por la mañana, el beso matutino de mi marido, las risas de mis compañeras. Los instantes pasan, la vida también.
- ¿Y si a partir de ahora elijo mi bienestar, lo que quiero pensar, sentir y hacer?.
-¿Y si a partir de ahora elijo disfrutar de todo lo que hago al 100%?.
-¿Y si a pesar de lo que no tengo (por ejemplo trabajo) elijo agradecer por todo lo que si tengo (mi pareja, una familia, una casa, amigos...)?.
Si yo elijo, ¿no es eso el verdadero significado de libertad?
Si yo creo, ¿no es eso el verdadero significado de creatividad?
Si yo dirijo, ¿no es eso el verdadero significado de liderar?
Y tú ¿Qué eliges pensar?. ¿Qué eliges sentir?.
¿Cómo quieres actuar?.
Lee las palabras del primer árbol y experimenta cómo te hacen sentir. Luego lee las del segundo árbol y vuelve a experimentar lo qué te hacen sentir.
¿Qué elijes?
"Los problemas de la vida surgen cuando sembramos unas cosas y esperamos recoger otras"
(Stephen R. Covey)
¡Tú regalo de hoy!
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